El día que a México “se le cansó el caballo”

En el duelo por el bronce ante Hungría, los equinos del equipo mexicano decidieron descansar... aunque el partido ya estaba liquidado

Entre todas las historias que nos han regalado los atletas mexicanos en Juegos Olímpicos, algunas, sin duda, son más peculiares que otras, y no siempre tienen que ver con grandes hazañas o gestas increíbles, pues en ciertas ocasiones, los deportistas nacionales se han colgado alguna medalla en medio de un ambiente chusco.

Tal es el caso de la Selección mexicana de polo que representó al país en la justa veraniega de Berlín 1936, misma en donde el combinado nacional logró colgarse la medalla de bronce a pesar de que sus caballos “renunciaron” antes de que terminara el juego decisivo.

En aquella edición de los Juegos sólo hubo cuatro selecciones dentro de la disciplina del polo, así que los ganadores se definirían en un formato de round-robin (todos contra todos).

Los equipos participantes fueron Inglaterra, Hungría, Argentina y México, y al ser tan pocos participantes, conseguir una medalla lucía relativamente sencillo, sin embargo nada estuvo más lejos de la realidad debido a que nuestro país perdió sus dos primeros juegos ante los ingleses y los sudamericanos.

Por fortuna para México, Hungría terminó siendo el rival más débil de aquella competencia, y fue por esto que en el duelo para definir la medalla de bronce, nuestro país pudo avasallar al equipo europeo.

Fue tanto el dominio del equipo nacional, que de uno momento a otro el marcador en Berlín ya era de 16-0, una cifra que prácticamente sellaba la medalla en favor de los mexicanos.

Sin embargo, como si supieran de su amplio dominio, los caballos de México decidieron darse un descanso, y gracias a esto fue que Hungría anotó un par de goles para la honra, los cuales fueron aplaudidos por el mismísimo Adolfo Hitler, esto según lo escrito por el Comité Olímpico Mexicano.

“Intempestivamente los extenuados caballos mexicanos decidieron que había sido suficiente y se pararon. Desesperados sus jinetes se apearon y comenzaron a jalarles las riendas, pero nada, queda indefensa la portería mexicana y anota Hungría (1-16).

“La conocida aversión del Führer hacia los húngaros no le impide disfrutar de la cómica escena. Jalan los jinetes por la cola a sus caballos, pero nada, otra anotación de Hungría (2-16), el asedio es agobiante durante esos minutos finales, pero no permiten los mexicanos un gol más ¡Victoria! ¡Medalla de Bronce!”.

Juan Gracia Zazueta, Antonio Nava Castillo, Alberto Ramos Sesma, Miguel Salvagoitia, Julio Mueller (director técnico), Alfinio Flores y Alfonso Arabe (veterinario) fueron los seleccionados nacionales que nos regalaron esta histórica y divertida medalla.