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Pendientes en la enseñanza

“Hemos vivido el caso del niño que estaba en primero (de primaria)” al comienzo de la pandemia, que ahora tendría que cursar tercer grado y “no sabe leer”, acotó Hernández. Se están recibiendo alumnos en grados superiores “sin tener una base” solida. Mediante las clases a distancia, muchos niños fueron privados de tener un maestro en frente, justo cuando el docente es fundamental para “apoyar” su aprendizaje, agregó.

Hernández —que emigró cuando la escasez de alimentos se agudizó y posteriormente retornó al país-- en la actualidad se dedica a impartir tareas dirigidas a niños en la sala de la casa de una de sus hermanas, que se ha hecho pequeña para atender a los hijos de personas que están preocupadas por considerar necesaria la presencia física del maestro. Muchos de esos padres admiten que no tienen las herramientas pedagógicas para ayudar a sus hijos. Las tareas dirigidas son una solución en momentos de crisis y una fuente de ingreso alterna para los docentes “que tenemos sueldos muy bajos”, añadió.

Los problemas de la infraestructura educativas y fallas de servicios de luz y agua son otros factores que desmotivan. En Petare, “no tenemos ni el agua para lavarnos las manos”, destacó Hernández. En el barrio, el suministro de agua no es continua: apenas dos días por semana, por lo que en las escuelas nadie podrá seguir una de las recomendaciones básicas de las autoridades sanitarias en el mundo: lavarse las manos con agua y jabón con frecuencia.

Panorama Internacional

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2021-10-25T07:00:00.0000000Z

2021-10-25T07:00:00.0000000Z

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