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- “Doce elefantes...”

Jaime García Elías jagelias@gmail.com

Como en la cancioncilla infantil de los elefantes que “se balanceaban sobre la tela de una araña”, tiempos hubo en que Guadalajara –y sus habitantes– fueron víctimas de sus propios atractivos: desde el buen clima de la ciudad hasta la proverbial amabilidad de sus pobladores...

Empero, de “los tiempos de lanzar cohetes” se pasó, fatalmente, a “los de recoger varas”. En consecuencia, el proceso se revirtió: del crecimiento demográfico de mediados del siglo pasado, acelerado por la migración, se pasó al despoblamiento de las últimas décadas. Los nativos de los barrios tradicionales, se mudaron a las colonias periféricas cuando formaron sus propias familias. Guadalajara, en consecuencia, desbordó los municipios circundantes (Zapopan, Tlaquepaque y Tonalá) y de manera incontenible se desparramó hacia Tlajomulco, Juanacatlán, El Salto, Ixtlahuacán de los Membrillos, Acatlán de Juárez y Zapotlanejo... más lo que se acumule esta semana.

-II

Bien. El caso es que el coordinador de Proyectos Estratégicos del Ayuntamiento, Rafael Orendain Parra, ofreció (EL INFORMADOR, XI-29-21, p. 1-A) poner en marcha un “programa integral de repoblamiento” que intentará volver a la vida las 45 mil viviendas deshabitadas, abandonadas, deterioradas y vandalizadas que hay en la ciudad, que requieren mantenimiento... y que no pueden reconstruirse para volverse funcionales (y habitables, en consecuencia) porque una ley, absurda, al declararlas “patrimonio histórico o cultural” las ha condenado al abandono y a la ruina.

Además de las 45 mil fincas abandonadas en Guadalajara, según el Censo de Población y Vivienda 2020, en Zapopan hay otras 53 mil, en Tlaquepaque 21 mil más, en Tonalá otras tantas y en Tlajomulco 77 mil (para una suma total de 217 mil en las que podrían habitar más de un millón de personas).

Para “comercializar” –o volver a la vida– esas fincas, habría necesidad de remodelarlas, y para ello, deberían abrogarse o derogarse las leyes que actualmente lo impiden. Pero, además, sería menester dotarlas de los servicios esenciales: infraestructura hidrosanitaria, transporte público y seguridad, principalmente. Resueltos esos rubros, los correspondientes a comercio, mercados, escuelas, hospitales y espacios para la recreación, el esparcimiento y el deporte vendrían a continuación.

-III

Mucha gente se mudó de los barrios tradicionales a las colonias periféricas por gusto (la que habita actualmente en las zonas residenciales) o por necesidad (la que se refugió en los andurriales “donde Tarzán perdió el cuchillo”). Mucha volverá a los barrios en que vivieron sus abuelos... cuando haya las condiciones de comodidad, seguridad y dignidad mínimas para ello.

Panorama Local

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2021-11-30T08:00:00.0000000Z

2021-11-30T08:00:00.0000000Z

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