EXPLORA LA LOCURA DEL PODER

La escritora se sumerge en una de las dictaduras más salvajes de América Latina en “A veces despierto temblando”

Hay historias que irrumpen como un relámpago a la literatura, sin piedad y estruendosas, revelando a nuevas plumas que marcan diferentes miradas a la narrativa. Y aunque la mexicana Ximena Santaolalla confiaba en que su novela debut tenía un poder especial para atrapar al lector, jamás imaginó que “A veces despierto temblando” sería acreedora de uno de los galardones de mayor prestigio en la industria editorial, como lo es el Premio Mauricio Achar en de 2021; y que ese mismo libro la trae a la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).

Aunque la literatura ha estado cercana a ella desde la infancia por su madre —la también escritora Adriana Abdó—, en entrevista con EL INFORMADOR, Ximena Santaolalla, quien optó por dedicar su vida a la abogacía, egresando en Derecho del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), comparte que fue justamente en este camino el que la encaminó a la narrativa tras sumergirse en uno de los episodios más crueles de América Latina: la dictadura del militar Efraín Ríos Montt, en Guatemala, en la década de los años ochenta del siglo XX.

“Nunca me imaginé dedicarme profesionalmente a escribir, para nada, pero yo no sabía que Guatemala tuvo una dictadura tan violenta, sabía que habían existido dictaduras, pero cuando me enteré de que la de Ríos Montt la más brutal en Latinoamérica, hace 40 años, con 100 mil asesinados y desaparecidos en 16 meses, noté que no había comparación”.

La escritora hidalguense puntualiza que adentrarse el caso y quedar cautivada por los testimonios, sobrevivientes y documentación al respecto la animó a darle forma a “A veces despierto temblando”, novela en la que cruza 12 voces verídicas que navegan también por la ficción.

“Para mí fue muy impactante pensar que el país vecino a México, Guatemala, viviera la dictadura más brutal de nuestro continente y eso no se diga por ningún lado, se habla más de otras”, recalca Ximena, que motivada por su instinto en la abogacía, revisó los documentos legales que encontró, marcando así un viaje directo a la literatura.

“Esos documentos son muy áridos, no son fáciles de leer, no toda la gente los quiere leer, incluso yo siendo abogada, lo odié. Pensé, esto se tiene que contar de otra forma y creo que la novela es una buena manera”.

Conociendo desde un principio lo que sería la columna vertebral de su novela, Ximena comparte cómo fue dar voz a sus protagonistas, logrando una historia coral que explora la brutalidad de la guerra partiendo de testimonios verídicos de todos los frentes posibles.

“Todos los personajes están basado en alguien real. Víctimas y victimarios. Esa distinción puede ser un poco simplista, porque creo que los victimarios en algún momento fueron víctimas, sobre todo los militares de élite que son sometidos a un entrenamiento deshumanizante y terrible. Muchos de ellos no querían ser militares, no sabían en lo que se estaban metiendo”.

Un viaje de aprendizaje

Ximena Santaolalla explica que si bien “A veces despierto temblando” le significó muchos retos, el compromiso por compartir estas historias al mundo pudo más para lograr no nada más aterrizar su narrativa, sino también para emprender una investigación directa a Guatemala que la acercó con todas las perspectivas posibles sobre este genocidio y dictadura brutal.

“Me tomó ocho años escribir esta novela, porque entre que aprendí de Guatemala y aprendí a escribir literatura, fue un proceso largo. Me metí en ‘camisa de once varas’, porque aunque seamos países vecinos y tengamos similitudes, también hay muchas diferencias, empezando por la manera de hablar”.

Con el propósito de ofrecer al lector una experiencia integral, Ximena asumió el desafío de escribir su novela como si ella fuera guatemalteca desde la perspectiva narrativa: “yo no podía defraudar a mis lectores, tengo que hacerlo perfecto. Me la pasé escuchando entrevistas, viendo películas, oyendo el radio, tratando de verdad que yo sintiera y soñara con la manera de hablar de allá para escribirlo de esa forma”.